La inocencia tras de las rejas

Carúpano/Opinión || Siento profundamente lo que les ocurre, a nuestros hermanos, privados de su libertad sin haber cometido delito alguno, solo alzar su voz ante las injusticias, los desmanes, la barbarie, la realidad penúrica que viven millones de venezolanos.
La Constitución en su artículo 57, nos da el derecho a la expresión responsable, el 68 nos permite la manifestación pacífica, como en efecto la hemos desarrollado. No obstante, el gobernante actual, tal cual en el ayer, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, asume la peor de las incomodidades para los ciudadanos, voceros de nuestra gente, quienes hoy sufren en carne propia los despropósitos de quien, no se digna en reconocer su derrota y darle paso al cambio, que tanto se necesita en Venezuela.
La inocencia no puede, ni debe seguir tras de las rejas, mientras que, los violentadores de nuestra Constitución y demás leyes, andan en su libertad, cometiendo los peores delitos de lesa humanidad. En un país, con poderes independientes unos de otros, la acción de la defensa de los derechos ciudadanos, estuviesen en una escala superior y no supeditados al capricho, de quien o quienes, en futuro deben pagar por los desafueros cometidos.
Mientras podamos, asumiendo los derechos constitucionales, seguiremos peleando por la libertad de nuestros hermanos inocentes, tras de rejas, con las consecuencias más nefastas: Pérdida de sus condiciones físicas, sicológicas; manteniendo en alto su moral, pues les asiste la verdad, no la desesperación, ni la mentira de quienes circunstancialmente gobiernan, en detrimento de la población venezolana.
De verdad, que no sabría decir, cuál es la fuerza que ha de venir, para liberar a nuestros hermanos, pero, en la dialógica, es posible la espiritual o la que se materialice desde lo interno y/o lo externo. Vivir en esta zozobra, en un temor desmedido, por la actuación del Estrada contemporáneo, ya basta. Los venezolanos queremos paz, calma y tranquilidad, que el gobierno hoy no las tiene secuestradas. Es necesario por cualquier vía, adelantar el final antes del cumpleaños, de lo contrario, lo consumado el 10 de enero 2025, seguirá cual rumiante en su propósito. La brasa la verdad que arde si no te gusta échale agua.
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