19 de abril de 2024

POLITICOS ó POLITIQUEROS. Del Aprecio Personal al Desprecio Social. Con cuál de estos te identificas?

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*Lcdo. Pedro Antonio Rojas

Con Pensamiento Crítico

Una concepción  amplia nos haría definir LA POLÍTICA  como toda actividad,  arte,  doctrina u opinión, cortesía o  diplomacia; tendientes a la búsqueda, al ejercicio, a la modificación, al mantenimiento, a la preservación o a la desaparición del poder público.

En esta amplia definición se puede observar claramente al objeto DE LA  CIENCIA POLÍTICA, entendida como el  poder público sustraído de la convivencia humana, ya sea de un  Estado, de un  grupo social: una empresa, un  sindicato, una escuela, una  iglesia, etcétera.

En la mayoría de países, el ordenamiento jurídico considera a los políticos elegidos o nombrados como representantes del pueblo en el mantenimiento, la gestión, y la administración de los  recursos públicos. Dicho ordenamiento considera que un político debe velar por el interés general de los ciudadanos y mantenerse dentro de una ética profesional de servicio al pueblo y no hacia sí mismo.

Es en esta percepción de la política ética, donde los ciudadanos visualizamos la tabla de salvación para mejorar nuestra calidad de vida y percibir una mejor distribución y aprovechamiento de los recursos del estado, en beneficio de la comunidad; sobremanera, la más desposeída y marginada.

Esto, lo visualiza bien el político y en su ejercicio libre de la política identifica y se aprovecha de las necesidades y deficiencias de las comunidades para idiotizar a quienes tienen, en el sufragio, la herramienta  necesaria para llevarlos a ejercer el poder que brinda la representación legal y legítima del pueblo.

Esta es la etapa de aprecio y valoración del político y su intención de atender, de manera efectiva y diligente, las necesidades del pueblo; pero la  corrupción, la  demagogia, el sectarismo  y la incompetencia  son males que afectan en mayor o menor medida a la  clase política de la mayoría de países.

Los políticos, que llegan al poder de las estructuras del estado, muy rápidamente se olvidan de las necesidades que sufren y padecen sus vecinos y priorizan las de su propio rebaño; y dejan de ejercer su poder en el interés de quién es gobernado, es decir, abandonan el  interés de ayudar a construir la felicidad de aquella comunidad en la que nos pusimos de acuerdo para vivir (solamente en una forma correcta y pura de gobierno).

Se ha convertido en politiquero aquella persona que, en su relación con el Estado, piensa que cualquier tipo de poder es un medio para conseguir sus propios intereses relegando los de su comunidad, y no importa si es gobernante o gobernado; el gobernante politiquero aspira y ejerce el poder para enriquecerse a cambio de la pobreza de los más necesitados y el ciudadano politiquero, por ejemplo, usa su poder económico para sobornar al funcionario y evitarse una multa por la infracción que cometió.

Es por ello que cuando se utiliza la definición más amplia de ‘política’, se suele aclarar que esta es una actividad de la que es muy difícil sustraerse, por encontrarse en casi todos los ámbitos de la vida humana.

Los seres humanos somos seres políticos y no debemos tenerle miedo a esta palabra. Desde la antigüedad, con Aristóteles como pionero, la palabra política se ha utilizado como un término de referencia para todo aquello que tiene que ver con las cosas de la polis (de politikós), es decir del Estado. De esta forma, la política incluye al ciudadano, lo civil, lo común, así como lo sociable y lo social con el objetivo de vivir unidos lo más felices y tranquilos posibles.

Un ciudadano político es aquel que ama su comunidad y construye su felicidad, a su vez contribuyendo a que sus semejantes sean aún más felices que él.

El politiquero entiende el poder como “el conjunto de los medios que permiten conseguir los efectos deseados” (Bertrand Russell), y utiliza el poder que le transfirió el soberano para su beneficio personal, y no para atender las necesidades que está sufriendo el mismo pueblo donde nació, creció y se formo.

El politiquero siente que el dinero al cual tiene acceso debido al poder transitorio que ostenta LO ES TODO, pero termina quemando sus raíces, y en consecuencia perdiendo amistades, relaciones afectivas y sobremanera respeto y autoridad; el politiquero se convierte en mofa de la comunidad y en el PARLANCHIN que pocos escuchan, varios le aprovechan y muchos rechazan y desprecian, de alguna manera.

Una sociedad revolucionaria y pujante, que persiga el desarrollo económico y sostenido de su pueblo, no puede dar cabida a POLITIQUEROS. Debe, más bien, identificar y apoyar a políticos comprobados y comprometidos a que sus semejantes sean aún más felices que él.

Hasta una nueva oportunidad………..

*Productor y Conductor del Programa Radial De Repente. Trasmitido por Sónica 96.1fm. De Lunes a Viernes desde las 11:00.

calletacarigua.com

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