18 de abril de 2024
Por: Alexander González

A medida que el inexorable tiempo avanza, pareciera ser Cronos quien nos libera del terrible mal que se apoderó del mundo y puso a tambalear las economías más portentosas.

Mientras el <<entramado>> de las vacunas se define es ostensible apelar a la inmunidad rebaño. Aunque esta realidad no forme parte de la ética y los protocolos de salud expuesta públicamente por los gobiernos del orbe.

Sin embargo, entre ambas propuestas  planteadas para poder mitigar el Covid-19, existe un significativo cambio de hábitos en la conducta humana que será necesarios asumir para poder iniciar lo que la UNESCO define como <<La Nueva Normalidad>>.

Se trata de una campaña emprendida por esta Organización Mundial que cuestiona nuestra percepción de lo que debería significar regresar a la normalidad después de la era post-Covid.

Basada en la argumentación de sus fundadores de <<que la guerra comienza en la mente de los hombres y mujeres, es en la mente de los hombres y las mujeres donde debe construirse un mundo mejor>>, poniendo el gran ejemplo de las personas  que mostraron su solidaridad durante la emergencia sanitaria y aprendieron cómo una mayor cooperación puede ayudar a construir un mundo mejor.

El objetivo a alcanzar, es evitar que a medida que salgamos de la pandemia comencemos a olvidar las lecciones aprendidas y “volvamos a la normalidad”, sin tomar en cuenta nuevamente el impacto de lo que consideramos normal para el medio ambiente, la salud pública y nuestra sociedad.

En términos menos pragmáticos, estamos llamados a tener una mayor conciencia de vida.

Los seres queridos que han perdido la batalla en su lucha contra esta terrible enfermedad no pueden quedar solo en nuestras mentes como una “cifra” más para la historia.

La salud pública mundial junto al personal médico, no tendrán nuevamente la normalidad a la que venían acostumbrados. Las secuelas del virus son tan profundas que obliga a cambios de protocolos y bioseguridad más severos en las emergencias y centros de atención primaria.

Por su parte, se hace necesario una mayor inversión en equipamiento de la salud pública, la cual ha quedado en “terapia intensiva» y totalmente desbordada durante los picos altos de la pandemia. Ha sido evidente que las grandes economías dejaron en segundo plano la vida de los ciudadanos por la estabilidad del capital, lo que no puede seguir siendo normal.

Aunque, después de escuchar la reciente intervención del presidente de los Estados Unidos- la nación más afectada por el Covid-19 con casi 7 millones de contagios y 200 mil muertes- en la 75 Asamblea General de la ONU, debo decir que son muy pocas las esperanzas de una <<nueva normalidad>>, por lo menos por parte de este arrogante personaje que da muestras una vez más de su política belicista, nada “normal” en momentos de reencuentro y paz mundial.

Pero el mensaje más claro nos lo ha dado el propio virus. Este enemigo mortal que llegó sigilosamente para desestabilizar nuestro hábitat y arrancarle la vida a millones de hermanos. El mismo que, sometió a todos a un severo confinamiento con serias restricciones económicas; de nuestros afectos y  aún continúa <<campante>>. Queda de tu parte preservar tu <<don más preciado>>con La Nueva Normalidad o simplemente olvidar todo y a todos los que ya no están presentes de forma normal…

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