12 de noviembre de 2025

Vallita” o Nuestra Señora Del Valle, cuestión de fe

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Virgen del Valle



Alexander González

Andariego entre portales y redes encontré un planteamiento  sui generis sobre la hermosa advocación de la Virgen María en la imagen de La Patrona de Oriente, nuestra Virgen del Valle.

El artículo en cuestión desarrollado documentalmente, expone la interrogante de que si es correcto o no, referirse a Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo, con el diminutivo de “Vallita”. 

En palabras más o comas menos, el autor plantea que “gramaticalmente la designación de “Vallita”` viene siendo un error ya que en el acervo cultural oriental ese diminutivo, se emplea para referirse a las MUJERES que llevan por nombre Del Valle”, siendo este a su entender, el primer error de los fieles. De igual manera se aduce que, “existe un error desde el punto de vista morfológico, porque el término `Del Valle` viene siendo referencia al sitio donde se encuentra la imagen de la Virgen”.

También, sugiere el texto que los devotos margariteños y orientales en general deben darle la verdadera “importancia” a la Virgen del Valle, rescatando su valor histórico ganado en el tiempo, así como evitar enfáticamente, que esa costumbre- de llamarla Vallita- se siga propagando.

Desde luego que es invalorable su historiografía de casi 500 años y por lo tanto merece el debido respeto. En cuanto a los argumentos del escritor, en  particular no deseo polemizar o debatir sus razones, pero sí creo que el tema va más allá del “porque no llamarla así o cual”.

Entre lo etimológico, morfológico, histórico o surreal existe algo más importante que es la Fe. Esa especie de esperanza personal ligada con un profundo sentimiento a la  que recurren los seres humanos en circunstancias especiales, sobretodo de dificultad.

Ese supremo momento de” intimidad espiritual” se apoya en más que un simple nombre. Requiere de la humildad de nuestro corazón que de inmediato enternece a través de la  inmaculada imagen de “Vallita”.

Esa misma, que nos reconforta con la entrega sin tapujos, dando ejemplo de la Madre que rescata a sus hijos del mal, proporcionando adicionalmente el debido sosiego. Es la misma, que perdona una y otra vez nuestros errores sin más reparo que otorgarnos su bendición bendita.

Esa es la “Vallita” de imagen Purísima, que desata críticas del ateo sectario o fanático religioso que, incluso  le ofende llamándola “pedazo de yeso” después de haber recibido sus favores. Pero en ella simplemente, no cabe rencor ni condición  para darle cobijo espiritual al desamparado,  el único requisito  es la verdadera fe. 

Conocerla más de cerca, es entender que su mayor anhelo es servir a un pueblo esperanzado que estrecha su confianza con la Madre Guía que a diario le acompaña a vencer las dificultades propias de un país inmerso en una profunda crisis a todo nivel.

La devoción hacia la Virgen del Valle, rompe con los protocolos ortodoxos de la Iglesia y va más allá del debate sobre su nombre. “Vallita” se ha convertido en un sentimiento popular que recorre cada rincón del Oriente venezolano  y es puesto de manifiesto cada 8 de septiembre, día central de su festividad.

Decir “Vallita” es sinónimo del respeto ulterior de sus fervientes devotos. No existe irrespeto cuando se venera desde el corazón. Es como decirle a nuestra entrañable madre, “Maìta”.

Como quiera que se le diga: Patrona de Oriente, Madre de los pescadores, Protectora de los marineros, Virgen Milagrosa o cualquier otro nombre honorífico, en mi humilde opinión no hay uno más cercano a la gente que “Vallita”… milagrosa Virgencita de todos los que con fe verdadera le honramos y glorificamos en el nombre de Dios. !Oh Salve Reina! 

calletacarigua.com

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