20 de abril de 2024

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  A propósito del Día del Educador y Educadora

Mario Javier Pacheco Morales

Educación y Política

En diversas oportunidades hemos podido escuchar, en voz de representantes de un sector de la oposición venezolana, la expresión “Este gobierno pretende politizar a la educación”. Es un planteamiento impregnado de una especie de pensamiento aséptico en relación al análisis de la realidad nacional. Pareciera que estas personas concibieran al fenómeno educativo en un mundo sibilino. Pues bien, a esos compatriotas les decimos con todo el respeto que, el ejercicio del magisterio en Venezuela ha estado vinculado desde siempre a la realidad político ideológica del país. En la colonia por parte de la iglesia que con la ideología cristiana trataron de “domesticar” a la población indígena. Con la llegada de la Ilustración los maestros venezolanos influenciados por ese pensamiento produjeron la teoría pedagógica que le dio sustento a la revolución de independencia y al proyecto nacional que iniciaron la oligarquía conservadora y liberal. Con la Federación se genera el Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria, que estaba en consonancia con los ideales liberales del último trienio del siglo XIX. El inicio del siglo XX va a estar marcado por la influencia del positivismo en el pensamiento educativo venezolano. La dictadura de Juan Vicente Gómez entregada al capital extranjero, encontró en el positivismo el soporte ideológico para desarrollar su proyecto. Con la muerte del dictador llega a Venezuela la misión de pedagogos chilenos que contribuyen a la fundación del Instituto Pedagógico de Caracas. Paralelamente a este proceso ideológico e institucional, se crean las primeras organizaciones gremiales que tienen en Luis Beltrán Prieto Figueroa su principal dirigente. El principal aporte del pensamiento gremial venezolano es el Estado Docente. Esta visión del rol del Estado en materia educativa ha tenido en la jerarquía eclesiástica un antagonista de primer orden; en distintos episodios de la historia nacional han sido frecuentes los enfrentamientos entre la iglesia y el Estado venezolano.

Con la instauración de la democracia puntofijistase desarrolla una visión adeca y copeyana de la educación estas dos visiones tenían matices que las diferenciaban, pero que en esencia respondían a una concepción colonial y dependiente del fenómeno educativo. Con el auge del neoliberalismo se desarrolla una idea de la educación que tiene en la sociedad educadora, una perspectiva que pretende convertir en un asunto de interés privado la concepción de la educación. De manera que el ser docente o mejor dicho, maestra o maestro en la República Bolivariana de Venezuela, implica actuar en un contexto institucional y cultural específico. (Reinoso, 2017)

Ahora bien, ante esta premisa de orden histórica, ¿Cómo asumir la práctica educativa? ¿Educar para qué? ¿Docencia, para qué? De acuerdo a mi manera de pensar identifico dos opciones: La Docencia para la contemplación y la Docencia para la transformación. Por docencia para la contemplación entendemos a aquella práctica profesional dirigida a cumplir un horario, pasar contenidos descontextualizados, seguir la rígida planificación de objetivos en una acción totalmente desarraigada del entorno social e indiferente ante la problemática local, regional, nacional e internacional. Ahora bien, reconocer el escenario de la docencia para la contemplación es aceptar y respetar la decisión personal de cada quien para asumir su magisterio con ese enfoque (realización personal). Sin embargo, es nuestro deber, desde nuestra perspectiva de la pedagogía del compromiso social, impulsar la otra opción: La Docencia para la transformación.

 Docencia y Transformación Social

             “Revolución es conciencia sobre el momento histórico; es cambiar todo lo que deba ser cambiado” (Fidel)

 Transformación social; Transformación educativa. En mi concepto estas categorías abstractas se concretizan en la medida que encontremos la instancia de realización efectiva de las ideas que la sustentan. Una instancia la encontramos en el Plan de la patria. Específicamente en el objetivo histórico No. II. “CONTINUAR CONSTRUYENDO EL SOCIALISMO BOLIVARIANO DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA, COMO ALTERNATIVA AL SISTEMA DESTRUCTIVO Y SALVAJE DEL CAPITALISMO Y CON ELLO ASEGURAR “LA MAYOR SUMA DE SEGURIDAD SOCIAL, LA MAYOR SUMA DE ESTABILIDAD POLÍTICA Y LA MAYOR SUMA DE FELICIDAD” PARA NUESTRO PUEBLO.

Es precisamente este objetivo el que marca el camino de realización objetiva de la idea planteada. Es necesario transformar la realidad capitalista, inhumana, individualista y egoísta, en otra realidad socialista, humanista, solidaria, de inclusión y justicia social e igualdad. Es la educación la palanca fundamental para el logro de tales objetivos; y la pedagogía, concebida para la transformación, se convierte en subversiva para el capitalismo porque conspira contra la fragmentación de la realidad que idiotiza al ser humano y lo convierte en zombi político (Bonilla, 2015).

El fragmento es la herramienta ontológica y epistemológica predilecta del capitalismo para imponer su divisionismo. El análisis de la realidad y la dialéctica entre lo global y lo local, emerge como análisis de ese proceso epistémico de dominación. La pedagogía se constituye en la ciencia que estudia al ser humano en su proceso de aprendizaje no limitándose a lo cognitivo, sino relacionando la organización escolar con la realidad histórica, política, económica y social concreta.

En la misma línea de concreción, la transformación educativa se traduce en educar por y para la participación protagónica; fomentar el amor a la patria, educar para la soberanía y la autodeterminación; fomentar el respeto y la reafirmación de la condición humana, la interculturalidad, el trabajo productivo y la transformación social.

¿Existe un bagaje teórico conceptual que sustente la incorporación militante, decisiva y protagónica del maestro y la maestra al proceso de la transformación educativa y social en Venezuela? ¿Quiénes han desarrollado el estudio y la investigación orientada a la transformación en nuestro país? Por supuesto que existe una fundamentación teórica al respecto. Y, con todo respeto, consideración y reconocimiento a los grandes pensadores y pedagogos de distintas corrientes y nacionalidadesque han contribuido a través de la historia, con la construcción teórica, metodológica de la pedagogía (DEWEY, MESSORI, ROGERS, PIAGET, VIOGOSKI, AUSUBEL, ELLIOT, STENHOUSE, NEILL, ILLICH, BRUNNER, LIPMAN, SAVICEVIC ENTRE OTROS) deseo referirme muy especialmente a seis personas (propuesta de este momento) que, de acuerdo a mi interpretación, han contribuido e impulsado la pedagogía como acción transformadora y sobre los cuales debemos volver a cada instante para renovar no solo el conocimiento sino principalmente la siembra que dejaron en nuestra conciencia. Insisto, es una propuesta para esta oportunidad y en ningún momento intento restringir una lista que seguramente es abultada. Me atrevo hacerlo desde la perspectiva del pensamiento complejo que sustenta Edgar Morin, y de la incidencia de la subjetividad propia de esta época de transformación de interpretaciones en las ciencias sociales.

 SIMÓN RODRÍGUEZ: Maestro extraordinario de incuestionable vigencia por la profundidad de su visión pedagógica. Su discípulo, Simón Bolívar siguió sus enseñanzas y se convirtió en forjador de libertad y creador de repúblicas. Junto A Ezequiel Zamora conforman el árbol de tres raíces; fundamento ideológico del movimiento impulsado por el Comandante Hugo Chávez a quien debemos reconocer su consecuente actitud pedagógica para guiar y orientar al pueblo.

PAULO FREIRE: Impulsor de la Pedagogía crítica. Uno de los más influyentes pensadores educativos del siglo XX. Muchos, en América latina consustanciaron con sus planteamientos. El recordado y admirado Luis Antonio Bigott y Luis Bonilla como seguidores de su pedagogía, continuaron desarrollando acciones educativas transformadoras.

LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA: Forjador del Estado Docente. Impulsor de la lucha sindical magisterial. Ejemplo para luchadores como José Luis Meza, Abelardo Marcano entre muchos otros

RAMÓN ADOLFO TOVAR: Geohistoria; Maestro, creó escuela, legado inmenso. Sus discípulos se dispersan por toda la geografía nacional impulsando la visión geohistórica de la patria.

LUIS CIPRIANO RODRÍGUEZ: Historiador, luchador social, forjador antiimperialista. Este insigne educador ejerció la docencia más allá de las aulas a través de una práctica político-social militante y revolucionaria. Junto a Arístides Medina, Carlos Viso y otros, sembraron el estudio histórico regional y local desarrollado posteriormente por Iván Gómez, Ricardo Mata, José Salazar León, Gregoria Urbano, Juan De Dios Diaz.

FILIBERTO CARREÑO: Creador de las escuadras ecológicas. Impulsor del ambientalismo en Carúpano. Carupanero ejemplar. Sus lecciones y enseñanzas sembraron una conciencia continuada por docentes como Pedro Salazar, Carmelo Narváez, José Rivera, Glenys Angulo y muchos más, ubicados en la trinchera de la pedagogía transformadora.

Todos ellos constituyen impulsores de la pedagogía para la transformación social. En sus pensamientos, obras y ejemplos soportamos los principios de una educación dirigida a engrandecer al ser humano. Su predicar con el ejemplo nos demuestra que la pedagogía para la transformación no es solo una propuesta para estudiar, sino una agenda por desarrollar. Sus enseñanzas y orientaciones signaron el pensamiento de muchos de sus discípulos quienes hoy están en pleno campo de la batalla de ideas; continuando con sus obras y enarbolando las banderas de la transformación. Con este pabellón en las manos nos acercamos al colega que piensa distinto a nosotros, a quienes por distinta causa adversan la transformación, y le invitamos a incorporarse a esta lucha que es por nuestra patria; la patria de todos y decirles, que bien vale la pena dar el salto de la pedagogía de la contemplación a la pedagogía de la transformación. Todos los maestros y maestras; profesores y profesoras, somos necesarios no podemos excluirnos en esta hora, en este momento, en esta coyuntura en que se encuentra nuestro país a poco de concluir la segunda década del siglo XXI.

 Considero que solo con esta visión estaremos preparados para enfrentar la difícil situación por la que atravesamos. Ciertamente, los maestros y maestras también somos víctimas y sufrimos en carne propia la carestía, especulación, desabastecimiento y demás efectos de la economía criminal desatada contra nuestro pueblo. Pero, en estas condiciones, debemos ser capaces de mostrar el valor de una persona que escogió al magisterio para realizarse en la vida, y la vida, aunque suene inverosímil en este duro momento, va más allá del hecho de satisfacer necesidades primarias.

Docencia y Coyuntura 

Sin duda, las condiciones materiales y objetivas que caracterizan a la Venezuela de este tiempo definen una coyuntura de crisis como consecuencia de la confrontación de fuerzas divergentes: La revolución bolivariana por una parte y las fuerzas que pujan por la restauración del orden superado a partir de 1999. La hegemonía del poder económico criollo asociado a trasnacionales insiste en su estrategia de minar las bases de sustentación social del gobierno revolucionario. Un entramado y diabólico mecanismo económico-financiero logró alterar por completo la dinámica económica nacional y el resultado es la criminal acción del sector especulativo contra el pueblo venezolano. Esta lucha de poderes además se produce en momentos de contracción del mercado petrolero afectando nuestra recepción de divisas y al aparato productivo nacional en general, añadiendo los factores de índole climático que en últimos tiempos afectaron la actividad agrícola. Todo ello en un contexto de ataque ultra mediático internacional destinado a cercar al proceso bolivariano contando con el apoyo directo de grupos oligárquicos de centros de poder en Europa y América. Y algo más, la coyuntura se da en el marco de crisis del sistema capitalista de producción que mueve desesperadamente sus tentáculos procurando alcanzar escenarios que le permitan continuar desarrollando su irracional modelo de vida. Como corolario, tenemos a nuestra patria siendo objeto de agresión constante por el imperialismo en su máxima expresión: Mediático, económico y potencialmente militar. Y lo que agrava más la situación, es la lamentable actitud asumida por un sector de compatriotas que por diferencias políticas asumen una conducta acomodaticia con la agresión imperial (Contraria a la opinión de la mayoría de venezolanos).

Ante semejante cuadro, ¿cuál debe ser la actitud de un maestro, maestra, profesor o profesora? ¿Qué rol debe jugar la docencia en el actual momento histórico?

 Sostengo, que, a pesar del carácter esencial de la crisis que nos afecta de manera cotidiana, no debemos dejar que esa esencia se mezcle con la apariencia y no nos permita visualizar la sustancia: La autodeterminación, la independencia y la soberanía. Opino que la actitud promovida por la docencia para la contemplación retroalimenta aquella postura incapaz de descubrir la esencia-sustancia tras la apariencia.

 A partir de la pedagogía para la transformación es que podemos apropiarnos de los recursos epistemológicos, metodológicos y didácticos para preparar nuestro arsenal de ideas para la lucha, para tomar nuestra posición en la trinchera como diría Marti. En tal sentido, respondiendo las interrogantes digo que el maestro y maestra, en plena conciencia del contexto histórico y la coyuntura, tienen tres escenarios concretos de acción para incorporarse a desplegar su espíritu magisterial patriótico y nacionalista. Estos tres escenarios son: La defensa nacional ante la agresión imperialista. La organización del poder popular para fortalecer el modelo socialista bolivariano. Y la economía productiva para aportar en la activación del desarrollo de las fuerzas productivas en el campo y la ciudad y “lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro pueblo” (Objetivo Nacional 1.4 del Plan de la Patria).

En cada uno de ellos tenemos la oportunidad de contribuir como docentes patriotas, militantes de la acción concreta, y dispuestos a ser protagonistas de la historia, constructores de historia trascendiendo al sujeto de la historia. (Hugo Zemelman). Las herramientas para este hermoso trabajo de participación nos la proporciona la Pedagogía social. (Paul Natorp; J.A.Caride, Herman Noll, Guillermo Zúñiga). Ella tiene como objeto la ayuda un singular, a tu humanidad que clama ayuda. También tiene como propósito fundamental organizar, conducir y orientar a la población, que se encuentra en rezago cultural, dentro de las actividades sistemáticas del aprendizaje, para proyectar su mejoramiento en bien de la comunidad. La comunidad se convierte en el punto clave de la educación.

En sintonía con este planteamiento, he venido desarrollando, desde nuestra perspectiva como docente de historia y ciencias sociales, y con el apoyo de distintas instituciones de la ciudad, un conjunto de actividades dirigidas al fortalecimiento de la conciencia histórica del pueblo: Talleres, conferencias, exposiciones didácticas, conversatorios; en instituciones, escuelas, comunidades. Es mi contribución desde la territorialidad para “Afianzar valores que resguarden la identidad, construyan soberanía y defensa de la patria” como reza el artículo 2.2.1.4 del plan de la patria. Este compromiso lo asumo consciente del momento histórico; y con la disposición de acudir a cualquier espacio y tiempo donde se requiera mi servicio en función del fortalecimiento del poder popular organizado. Lo hago como expresión del trabajo voluntario; ese al que se refería el Che cuando afirmaba: “Lo importante es que una parte de la vida del individuo que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin retribución de ningún tipo, y solamente en cumplimiento del deber social”. Así pues, están a la disposición de los entes interesados las exposiciones didácticas: “Ezequiel Zamora, Raíz Revolucionaria” y “De la resistencia a la reconstrucción de la esperanza” entre otras de contenido histórico, geohistórico, político, cultural y educativo en general;todas diseñadas con la intencionalidad pedagógica de aportar a la concienciación de nuestro pueblo.

 Al finalizar estas reflexiones, la circunstancia me impulsa a hacer una proposición. En tal sentido Pienso que, dada la gravedad de la situación de muestro país, desde este Congreso Pedagógico deberían activarse mecanismos orientados a impulsar el movimiento Oriental de opinión y acción magisterial antiimperialista. El tiempo histórico nos dice que no es momento de vacilación; Venezuela, nuestra patria nos está convocando, los maestros y maestras debemos acudir.

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