19 de abril de 2024

*Sobrevivió comiendo pescado y plátano (1816)

**Del libertador se ha escrito mucho pero no  se ha leído tanto, sus batallas, amoríos y desvaríos, triunfos y dificultades, sus viajes.

Moisés Arrocha González

Nuestras Voces

De su manera de alimentarse no se sabe mucho, según el general Luís Perú de Lacroix, que escribió sus experiencias de vida al lado de Simón Bolívar en el “Diario de Bucaramanga”, señala que prefería comer arepa al pan de trigo y las legumbres a la carne, comía muy pocos dulces pero si muchas frutas. Aclaremos, esto cuando tenía para escoger que alimentos consumir, por cierto, dicen que era amante de acompañarlos siempre con ají. Por otra parte su edecán Daniel Florencio O’Leary, señalaba que al libertador le gustaba preparar sus propias ensaladas.

En nuestra la ciudad la situación del tema alimentario no fue la mejor. Existen documentos epistolares de cuando nos visitó en 1814 y en 1816 relacionados con los problemas para abastecerse de comida, veamos.

Cuando en su momento el General Piar le solicitaba alimentos, el Libertador Bolívar responde desde Carúpano el 12 de junio de 1816, señor General: “En cuanto a víveres, aquí perecemos; y así no puedo mandarlos para la guarnición de Rio Caribe”. Se preparaba en esa fecha una expedición rumbo a Güiria.

Y al Coronel Soublette le escribe, cuatro días después, el 16 de junio de 1816: La gran guardia que al mando del Comandante Alcántara está apostada sobre San José, no tiene absolutamente nada qué comer, haga V.S. que inmediatamente le vaya un cajón de sardinas y room (ron).

También necesitan el mismo destacamento 8 fusiles, 8 lanzas y una docena de piedras de chispa que deben irse cuanto antes. Dios y &

Algunos historiadores señalan que uno de los aspectos más importantes de Simón Bolívar era su preocupación por su ejército, sobre todo en lo que respecta a la alimentación, lo cual constituía un verdadero problema en esa época porque había poca gente trabajando el campo o pescando puesto que casi todos los hombres estaban ocupados haciendo la guerra para un bando u otro.

En relación con las bebidas alcohólicas, muchos pueden pensar que no se ingería licor, pues no es así, leamos este fragmento.

El 18 de junio de 1816 desde el Cuartel General de Carúpano, le escribió al Comandante Militar de Rio Caribe. “Si hubiera algunas tablas o viguetas en el pueblo, hará V, traer en las mismas piraguas todas las que se puedan y enviara al mismo tiempo todo el room (ron) que haya quedado, pues según me han informado  solo han venido dos bocoyes (barriles grandes) cuando estoy entendido que eran cinco o seis los que habían”.

La situación alimentaria de los patriotas era muy precaria, literalmente estaban pasando hambre, en la misma fecha de la anterior misiva y dirigida al Gobernador del Cuartel General (no señala el nombre) se puede leer: “Incluyo a V.S. la adjunta lista de pescadores que están empleados en el servicio para que los haga solicitar y poner a disposición del encargado de la pesca, ciudadano Villeret. Es de urgente necesidad este paso pues no tenemos que comer hoy y no hay los pescadores necesarios para proveernos de todas las raciones que se consumen”.

Dios y &

El ejército libertador y sus oficiales vivieron días aciagos aquí en Carúpano, al parecer no solamente por los peligros que una guerra representa, puesto que ya lo sabemos sino que alimentarse era todo un verdadero problema, es bueno saberlo porque muchos pensábamos que los militares y el General Bolívar comían manjares y tomaban vino a diario.  Ese mes de junio fue para nuestros ilustres visitantes una verdadera odisea, el 21 del mismo mes y año, escribía al Comisionado de Playa Grande: “Se me ha informado que ayer no ha mandado V. sino veinticinco pescados, como único producto de la pesca que se hace ahí. Es bien extraño que teniendo V.  tantos hombres empleados en este solo servicio, y siendo tan abundante el pescado es esta costa, venga un número de raciones incapaz de aliviar en nada nuestras provisiones de víveres. Si en adelante continua V. con la misma omisión me veré forzado a librar providencias coercitivas las más fuertes, cuyo peso recaerá principalmente sobre V.

Bolívar se enteró después que la escaza pesca se debió a que los responsables de hacerla se replegaron a sitios seguros porque se acercaban los realistas por la vía de Cariaquito por lo cual se disculpó luego con el comisionado. Vemos aquí que estaba dispuesto a mantener su autoridad sobre todo en las cosas que pueden parecer sencillas, además demuestra que debía ser el administrador de un ejército en serias dificultades logísticas pero que esperaba refuerzos  de un momento a otro lo que requeriría más raciones de pescado. No eran los productos del mar solamente el tipo de  comida que le preocupaba.

También solicitaba que le proporcionaran plátanos, como podemos leer en esta última cita, de una carta fechada en Carúpano el 30 de junio de 1816 y dirigida al Comandante Figueredo: “Haga V. que todos los soldados de su cuerpo corten cuantos plátanos puedan cargar ellos y sus caballos; concluida que sea esta fatiga se retirara V. hasta este Cuartel General trayendo los caballos y los hombres cargados con las provisiones que he dicho”.

Salud y libertad   

Se marcha de Carúpano el General Bolívar, evacua con su ejército nuestro puerto, atrás quedan los hechos, el decreto de libertad de los esclavos. En la playa las anécdotas, en  Carúpano Arriba le negaron un vaso de agua y en un tamarindo amarro su hermoso caballo blanco.

¿Cuál sería el último pensamiento del libertador sobre nuestra ciudad?

Tomado del www.historiasparianas.blogspot.com

http://historiasparianas.blogspot.com/2021/01/el-general-bolivar-en-carupano.html

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